Cuando la Biblia Está en Blanco

cdrchileBlogLeave a Comment

Hay veces cuando leemos la Biblia que las hojas parecen estar en blanco. La lectura se vuelve algo seco, y mientras más leemos parece que menos entendemos. ¿Que hacemos en esos momentos?

Antes de ver algunas estrategias, creo que es importante notar que la Biblia tiene un propósito mas allá de simplemente ofrecer alguna información de algo que pasó años atrás. La Biblia apunta a su autor. El punto de la escritura es conectar con Cristo.

13 Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén.
14 E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido.
15 Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos.
16 Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen.
17 Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes?
18 Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días?
19 Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;
20 y cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron.
21 Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido.
22 Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron al sepulcro;
23 y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive.
24 Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.
25 Entonces él les dijo: !!Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!
26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?
27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.

Lucas 24:13-27

Cristo les habla a estos dos discípulos de lo que las Escrituras decían de él. Cristo es el tema central de la Biblia. Y el punto de la Biblia no es tener mayor información, sino que es de tener una relación con él, y que sea mas profundo.

Los fariseos tienen una mala reputación por las veces que Jesús les llamaba la atención, pero sus comienzos eran muy nobles. Ellos querían dedicarse completamente a la Escritura y nada más. Pero llega un momento en que la Biblia tomó el lugar de una relación con Dios.

37 También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto,
38 ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis.
39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; 40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida.

Juan 5:37-40

No solo eso, pero llegan al punto de reemplazar sus propias tradiciones con la Palabra de Dios. Es bueno tener tradiciones ¡con tal de que no tengan mayor autoridad que Dios mismo!

9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.

Marcos 7:9

La Biblia nos apunta a Cristo y nos lleva a conocerle más. A propósito, conocer a Cristo es vida eterna (Juan 17:3).

La segunda cosa que hay que tener en mente, es que la Biblia tiene tiene el fin de cambiar tu vida. En otras palabras, tiene que encontrar expresión en tu forma de vivir.

22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.
25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.

Santiago 1:22-25

Muchas veces nos conformamos con simplemente saber lo que dice la Biblia y no lo llevamos un paso mas allá para ver como puede encontrar expresión en nuestras vidas.

¿Quiere tener victoria en medio de la tormenta? ¿Quiere dejar ser sacudido por la vida y el enemigo? Entonces ponga en práctica la palabra.

24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.

Mateo 7:24-27

Noten que la misma tormenta viene al hombre prudente como al hombre insensato. El problema no es el tamaño de la tormenta, sino si estamos viviendo lo que encontramos en la Escritura.

Si tenemos esto mente, nos ayudará a sacarle mayor provecho a nuestro tiempo en la Biblia.

Estrategias

Aquí hay algunas estrategias que podemos tener en mente.

1) Comienza con oración.

Sé que esto puede parecer obvio, pero siempre es una buena idea venir a él y pedir que prepare nuestro corazón y que nos hable.

Recuerda que el punto es encontrarme con él. Pide que él abra tus ojos a las realidades de su reino y la belleza de su persona.

Abre mis ojos, y miraré
Las maravillas de tu ley.

Salmo 119:18

2) Cambia de versión.

Tal vez estás usando la Reina Valera 1960 o alguna diferente, cambia de versión. Puedes tener tu “favorito” pero al cambiar la versión que estás usando te fuerza a leer algo de una manera diferente.

3) Convierte la Escritura en oración.

Esto es sencillamente una muy buena disciplina para crecer en el Señor. Lo que quieres hacer es usar las palabras que estás leyendo y usarlas de forma personal al Señor.

Por ejemplo, tomando el Salmo 23 puedes comenzar diciendo:

“Jehová, tu eres mi pastor. Yo estoy sometido a ti. Te doy gracias por ser mi pastor. Puedo andar confiado en la vida porque tu eres el que me guía.

Y sé que nada me faltará. Como tu eres mi pastor, tu cuidas de mi. En este momento estoy enfrentando una crisis económica, pero tu eres el que suples para mi. Te doy gracias por ser tan bueno conmigo.”

Eso te da mas o menos una idea. Hay veces que me he quedado plantado en un solo versículo por meses y ¡es glorioso! Puedes comenzar con Efesios o Colosenses o los Salmos.

4) Deja que Jesús te cuente su historia.

Lee los evangelios como si fuera una autobiografía de Jesús.

Entonces fui llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches tuve hambre. Y vino a mi el tentador, me dijo: Si ere Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.

Yo respondí y dije: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Mateo 4:1-4

Al cambiar la perspectiva, los evangelios recobran algo fresco.

Lo mismo puede ser con las epístolas.

Yo soy la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en mi fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de mi y para mi.

Y yo soy antes de todas las cosas, y todas las cosas en mi subsisten…

Colosenses 1:15-17

Al leerlo de esta manera, pueden surgir detalles que no habíamos notado antes.

5) Leelo del punto de vista del Padre.

La misma idea de antes, pero ahora como si fuera el Padre hablándote directamente.

Mi hijo es el imagen visible de mi, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fuer creado por medio de él y para él. El es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten…

Colosenses 1:15-17

6) Lee en voz alta.

Así es como se leía antiguamente. Toma tu tiempo y lee en voz alta. También una alternativa es conseguir una aplicación que lea la Biblia. Recuerda que la fe viene por el oír.

7) Escribe el pasaje en tus propias palabras.

Lee una porción de la Biblia y escríbelo en tus propias palabras. ¿Como lo dirías a un niño de 5 años de edad? ¿Como se lo explicarías a tu abuelita que no está tan bien de los oídos?

Este ejercicio te fuerza a pensar en lo que estás leyendo.

8) Dibuja lo que estás leyendo.

No importa si eres un buen artista o no, al dibujar una escena te fuerza a ver detalles que tal vez no has visto antes. Un buen ejercicio es dibujar la escena de Apocalipsis 4 o alguna parabola. Además puede ser muy divertido y un proyecto que puedes hacer con tus hijos.

9) Imagina la escena.

Imagina lo que estás leyendo. Imagina que estás presente cuando sucede los milagros. Imagínate en la barca con los discípulos y ver a Pedro caminar sobre las aguas. Saborea la sal del mar sobre tus labios, el estar mojado por las olas. Ponte en ese lugar. Pide al Espíritu Santo que te ayude.

10) Ponle tu nombre.

En especial cuando tiene que ver con promesas, hazlo personal. Deja que alabanza y gratitud brote de tu corazón hacia lo que el Señor ha hecho por ti.

Bendito sea el Dios y Padre de mi Señor Jesucristo, que me bendijo a mi con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo…

Efesios 1:3

Lo importante es cambiar de estrategia y hacer lo posible para venir con ojos frescos a su Palabra. Allí el Espíritu Santo puede traer vida a tu corazón y espíritu. Esta lista no es exhaustiva, pero puede servir como un buen comienzo. Así que ¡lánzate!

Pr. Bruno Frigoli

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *