¿Disciplina o Deseo? – Pr. Bruno

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Una vez un hermano me pidió oración para que tuviera más disciplina en su vida de oración. Le costaba pasar tiempo a solas con Dios y quería remediar eso.

Mientras estaba orando con él, se me vino un pensamiento a la mente: ¿que si deberíamos orar por un mayor deseo en vez de más disciplina? La verdad es que tenemos la tendencia de hacer las cosas que nos gusta hacer, que encontramos divertido.

Por ejemplo, a mi me gusta jugar video juegos. Hace unos años atrás un amigo me invitó a jugar a su casa y me quedé jugando hasta las 4 de la mañana. Me tuve que levantar a las 6am el próximo día para ir al trabajo. Pero era algo tan divertido, que no me importó perder sueño. Mientras estaba jugando, sentí al Señor hablarme y hacerme esta pregunta: ¿Te gustaría disfrutar de mi presencia tanto como disfrutas jugar estos juegos?

La Palabra habla del gozo y deleite que es nuestro en el Señor.

11 Me mostrarás la senda de la vida;
En tu presencia hay plenitud de gozo;
Delicias a tu diestra para siempre.

Salmo 16:11

Que concepto, ¡delicias a tu diestra para siempre! ¡Son delicias que nunca se agotan!

David estaba en el desierto, siendo perseguido por el Rey Saúl porque lo quería matar. Y en medio de todo eso, encontramos a alguien que medita y ora y adora al Señor. No lo hace por disciplina o porque lo tiene que hacer, lo hace porque se deleita en Dios, tiene un gran deseo de estar en su presencia. Era su cosa favorita. Estaba totalmente adicto a la presencia de Dios.

5 Como de meollo y de grosura será saciada mi alma,
Y con labios de júbilo te alabará mi boca,

6 Cuando me acuerde de ti en mi lecho,
Cuando medite en ti en las vigilias de la noche.

Salmo 63:5-6

Tal vez el problema que tenemos en las cosas del Señor no es por falta de disciplina, sino es por falta de deseo. Cuando realmente queremos algo, cuando algo realmente es entretenido y divertido, hacemos lo que sea necesario para hacerlo.

Me acuerdo cuando pololeaba con mis esposa. En ese entonces no había la tecnología de hoy. ¡La cosa más avanzada era el fax! Vivíamos a gran distancia y cuando podíamos, hablábamos por teléfono. Esas conversaciones iban hasta la madrugada. Yo tenía que despertar temprano al día siguiente, pero no importaba, porque estaba hablando con ella.

No era por disciplina. No era porque lo teníamos que hacer para tener una buena relación. Era porque me encantaba escuchar su voz y saber de su día y lo que estaba pensando.

Es lo mismo con Dios. Y aquí está lo mejor, él nos da el deseo. Su Espíritu moldea nuestro corazón, ajusta nuestro paladar, y encontramos su presencia la mayor adicción y fuente de gozo en nuestra vida.

13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

Filipenses 2:13

Una hermana se me acercó una vez y lamentó su falta de deseo para las cosas del Señor. Le pregunté:

“¿Quieres querer más al Señor?”

Me dijo que si. Así que oramos y la observé con atención para ver los cambios en su vida. Ella oraba esa oración:

“Quiero quererte Señor. La verdad es que mi deseo por ti a menguado, pero deseo desearte.”

Y vi, sobre las siguientes semanas, todo cambiar para ella. Hasta el día de hoy, sigue siendo alguien totalmente apasionada por Dios.

Tal vez tu concepto de Dios ha sido diferente de lo que he compartido hoy. Tal vez tus momentos de oración son más rutina que deleite. Tal vez sientes una gran carga de culpabilidad por no pasar más tiempo con Dios. Tal vez encuentras las cosas de Dios como algo aburrido.

Tu respuesta no es tener una mayor disciplina en tu vida. Tu respuesta es tener un mayor deseo por él. La disciplina fácilmente sigue el deleite.

Toma un momento ahora y pide al Señor que cambie tu manera de ver la oración y las cosas del reino. Pide que te deje ver el gran deleite que puede ser tuyo al estar con él. Pide que te de el querer como el hacer.

Pr. Bruno frigoli

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