El Motociclista

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Gladis era una hermosa mujer.

A ella le gustaba los hombres los hombres europeos, especialmente los del norte de Europa: Suecia, Noruega, Finlandia.

Eduardo era Noruego, alto, rubio, ojos azules, gran sonrisa y una pasión por las motos.

Allá por los 20, Gladis y Eduardo eran amantes y tuvieron una wawita.

Eduardo Mortenson había nacido en Noruega en el año 1897. En su juventud aprendió a ser panadero y pronto se instaló solo.

Eduardo se casó y tuvo 3 hijos, desarrolló una pasión por las motos y las mujeres rápidas, tanto es así que el año 1923 dejó a su familia y emigró a los Estados Unidos.

Se transformó en un nómada.

Trabajaba en una ciudad por un tiempo limitado, luego se iba a otra ciudad, dejando atrás las migajas de pie y los corazones quebrantados de mujeres que habían sido seducidas por el.

Gladis era una de esas mujeres.

El primer esposo de Gladis la había abandonado.

Ella estaba sola y sin muchos amigos cuando Eduardo apareció en escena. Eduardo, el Don Juan de Noruega.

Las cosas les iban bien. Gladis conocía el pasado de Eduardo, pero pensaba que todo ponía cambiar y que Eduardo iba a sentar cabeza y formar un hogar con ella.

Un día Gladis le dijo a Eduardo que estaba embarazada.

Eduardo no dijo nada, solamente la miró, sin ninguna expresión en su cara. No dijo una palabra.

Gladis sugirió que tal vez era el momento para casarse y formar un buen hogar. Ambos trabajaban y tenían algo de dinero ahorrado.

Eduardo seguía mudo. Se dio la vuelta, abrió la puerta, salio a la calle y montó su motocicleta y se fue raudamente de la ciudad.

Gladis no lo volvió a ver jamás.

Durante muchos meses Eduardo iba de una ciudad a otra en su moto. Siempre trabajando en panaderías, siempre encontrando nuevas amantes, siempre inquieto.

Ninguna mujer podía retenerlo. Este noruego atractivo y de buena personalidad, quebrantaba los corazones de las mujeres, pero nunca entregaba el suyo.

Fue como un despertar.

Cierto día, el decidió que tenia que volver a ver a Gladis. Quería conocer el hijo que había tenido con ella. Había en su corazón esa pregunta, esa inquietud acerca de su hijo.

Montó su moto una vez más y el día 18 de junio de 1929 volvió hacia su casa, pero nunca llegó a su destino.

Al pasar un camión, chocó de frente con un auto que venía en dirección contraria. Cayó al suelo sin conocimiento, ambas piernas rotas, paralizado de su cuello hasta los pies.
Pocas horas después, Eduardo moría en un hospital.

Fue enterrado entre los pobres de la ciudad, olvidado, desconocido, aunque su descendencia terminó siendo una de las estrellas más brillantes del cine.

Muy pocos en este planeta no han oído mencionar el nombre de su hija.

Es que Gladys y Eduardo tuvieron una niña, una hermosa niña.

Esa niña, la hija de Eduardo y Gladis, es conocida universalmente con el nombre de…MARILYN MONROE.

Triste historia.

Un hombre irresponsable, una mujer que se deja llevar por quien sabe cuantas mentiras y promesas.

Una hija que tiene que enfrentar la vida sin conocer a su padre, sin saber su verdadera identidad.

Cuan diferente es la historia de Cristo.

Vino del Padre, se identificó con la humanidad, se hizo hombre, murió en la cruz del Calvario para que nosotros no afrontemos la vida sin padre, para que podamos ser hijos y no bastardos.

El te invita a que seas SU hijo.

Dios no abandona a sus hijos, ni los deja en la necesidad.

Recíbelo hoy como tu padre celestial.

Ap. Italo Frigoli.